miércoles, 3 de septiembre de 2008

La separación inesperada

Él era su Ernesto Guevara, ella lo dijo sin perseguirse. Ella era, y lo sigue siendo según confesó hace poco, la mujer de su vida para él. Ambos vivían un romance que desbordaba pasión, al punto que el paso del tiempo no importaba, no la disminuía, e incluso conseguían mostrar el fuego que los unía hasta en un programa de televisión, saliendo en vivo para todo el país, besándose y casi que desnudándose mutuamente. Vencieron el prejuicio de la diferencia de edad, del maldito qué dirán: ella rondará ya los cincuenta y pico; él los treinta y tantos. ¡Qué importa eso, obtusos, idiotas, infelices! parecían gritar, aunque no lo hicieran, porque ellos hablaban sobre su relación suave y humildemente, a través del amor que se profesaban. Así como el delantero cuestionado habla y responde con goles. No puedo comprender y no quiero aceptar que Graciela Alfano y Matías Alé se separaron, mas uno ya está acostumbrado a sumar heridas y pareciera que siempre hay lugar para una más.

2 comentarios:

caca dijo...

"Ellos hablaban sobre su relación suave y humildemente, a través del amor que se profesaban. Así como el delantero cuestionado habla y responde con goles."

clap clap!

Anónimo dijo...

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