miércoles, 28 de enero de 2009

Flogger TV

A principios de mes, llegó "Flogger TV", nuevo programa del canal Q, cuyo nombre completo es Quiero Música En Mi Idioma. Y yo quiero un helado de crema americana y chocolate suizo. Seamos buenos, pucho.

Este humilde blog debe su cuantioso caudal de visitas a dos cosas: la entrada de Cumbio y la de Coqi, figuras del Mundo Flogger. Y, como un servidor es agradecido, no quiero dejar pasar la ocasión de saludar a Coqi y desearle éxitos con este nuevo emprendimiento.

Finalmente, se comparte un momento del programa, que incluye información muy útil por cierto.


miércoles, 21 de enero de 2009

ACA


Debía una mercadería para Automóvil Club Argentino a un cliente desde hacía un buen tiempo. Una vez que llegó el pedido, llamé para avisarle.

--Tengo algo para vos-- le dije.
--¿ACA?
--Sí, aca lo tengo.

lunes, 12 de enero de 2009

miércoles, 7 de enero de 2009

¡Sonate los mocos, feo!

Hay algo que me molesta sobremanera y es esa gente que está resfriada y en vez de sonarse los mocos los retiene, aspirándolos una y otra vez; el agua verde cae inevitablemente por las fosas nasales, pero ellos hacen fuerza y la suben, sin cesar, haciendo de éste un proceso de infinita repetición y precisa regularidad.

Odio ese ruido que se produce entonces, sobre todo cuando no puedo hacer otra cosa que escucharlo porque el que lo origina está próximo a mí, durante un rato largo. Es tan fácil no hacerlo: con agarrar papel o un pañuelo y sacar lo malo ya alcanza.

viernes, 2 de enero de 2009

"Hola"

Jamás hubiese pensado que, a esta altura, esto podría sucederme. Pero acá estoy, sonriendo, antes de dormir, recordando ese momento. Y es que ya estoy grande y estas cosas sólo me pasaban hace mucho tiempo, cuando todavía era un nene y los ojos me brillaban y tenía algo que ya no está que me permitía pensar y sentir de otra manera, mucho mejor por cierto, ya que la inocencia es mejor, porque lo puro lo es.

Yo estaba parado, seguro que pensando en vos. En si vendrías o no, en cómo estarías vestida esta vez, qué peinado lucirías, cuánto de tu sonrisa podría ver. Y entonces de repente llegaste. Y al primero que cruzaste, entre tantos, fue a mí, tan ignoto para vos como para el mundo. Pero afortundamente sos bien educada y me dijiste “hola”. La primera vez que me hablaste. Se paralizó el mundo: tus labios se movieron por mí. Y acá estoy, recordando eso, feliz. Te lo juro: no lo olvidaré jamás, como a tu belleza.