lunes, 29 de octubre de 2007

Sobre la película La mujer rota

El sábado tenía ganas de ir al cine, a ver una película criolla, a un cine criollo. Así fue que terminé en el cine Gaumont mirando La mujer rota.

Por si el que lee no lo conoce, cuento que el cine Gaumont queda en Congreso, más precisamente en Rivadavia 1.635, y en él sólo se emiten películas nacionales. El valor de la entrada es bien gaucho, como tiene que ser: $ 4. Y si uno es nene, estudiante o jubilado, recibe un descuento especial.

La mujer rota está protagonizada por Dolores Fonzi --cosa que fue un motivo importante para verla, puesto que a mi gusto es una chica muy bonita (?)-- y Pablo Rago, eternamente en el corazón de todo televidente argentino, gracias a su inolvidable papel en Amigos son los amigos, junto a Carlín Calvo.






Si se me pide un comentario sobre lo que me pareció esta película, escrita y dirigida por Sebastián Faena, probablemente entraría en un dilema para contestar evitando usar un insulto.

Seguramente, La mujer rota es la peor película que vi en mi vida. Me refiero a películas que vi en el cine. Destronó con todo mérito, en este ranking mío, a Godzilla y a Todopoderoso.

Para muestra basta un botón (?), suele decirse: promediando la mitad de la proyección de La mujer rota, una pareja se retiró de la sala, en lugar de elegir la opción de muchos otros, que fue la de dormirse. Y cuando la película terminó, un pibe aplaudió con fervor, de modo irónico, cosa que desató la risa de muchos.

La trama de la película sería la siguiente: una mujer, Dolores Fonzi, está obsesionada con un hombre, Pablo Rago, que vive con otra mujer. Ella hará cualquier cosa por tenerlo, mientras sufre sin cesar por culpa del amor no correspondido y recuerda épocas mejores, en las que sí lo tuvo, puesto que vivieron un romance, un tanto oscuro por cierto.

Dentro de todas las cosas que me resultaron pésimas de la película, destaco dos:

Por un lado, la falta de realidad de los personajes, que parecían como estúpidos al relacionarse entre ellos; por ejemplo, podían estar mirándose media hora antes de contestarse una pregunta de lo más simple como "¿cómo te llamás?" o "¿está lloviendo hoy?". Eso me resultó exhasperante.

Por otra parte, una pretensión incomprensible de poética, o belleza y sentencias de orden filosófico quizá, en los sucesos de la historia. Así, Dolores Fonzi corría por una playa, se arrojaba sobre la arena y preguntaba "¿por qué nada se materializa?"; también hablaba sobre Pablo Rago y decía que olía "a pan" y sobre otro hombre, Juan de Benedictis, que olía "a rancio, a persona terminada"; y tampoco se privaba de suplicarle al hombre que deseaba que le permitiera "ser eficaz" o de hablar de sus más profundas cavilaciones mientras le bajaba el cierre de su pantalón.

Por supuesto, situaciones como estas, desataron carcajadas por doquier en la sala.

Días después, me quedé pensando en lo curioso que es que se hagan películas tan pero tan malas. Quiero decir: con lo que cuesta hacer una película, que no tengo idea exacta pero estimo que debe ser un gran billete, cómo se entiende que alguien haga semejante cosa. ¿No habrá un amigo que le diga al responsable algo como "mirá, no te lo tomes a mal, pero me parece que no está buena, por qué no le hacés algunos cambios para ver si queda mejor"? Encima, en Clarín le pusieron "Buena" de calificación. ¡Buena! ¡Seamos buenos, por el amor de Dios!

En fin. Un consejo de gomía: no vean La mujer rota. Mil disculpas por hacerme el Guillermo Hernández, crítico de cine. Y un gran saludo para Seba (?) Faena, Dolores Fonzi y Pablo Rago, a pesar del embole que me hicieron pasar.

viernes, 19 de octubre de 2007

Hola, soy Troy McClure, quizá me recuerden de...

Era una tarde de mucho laburo, cosa que a veces no me disgusta, ya que así el tiempo en la oficina se me pasa más rápido.

De repente sonó el teléfono, interrumpiendo lo que hacía, y por supuesto atendí como si fuera una llamada más; sin embargo, no era así la cosa.

"Hola, soy Juan Carlos Calabró, de la empresa....", se presentó el nuevo cliente.


Violeta Rivas, Antonio Carrizo y Calabró en El contra.



Enseguida, inevitablemente, supuse que se trataba de una broma y no presté mucha atención a lo que me decía; me perdí en una divagación de por qué alguien me haría ese chiste, traté de descubrir a algún amigo mío detrás de esa voz, pero no: era Juan Carlos Calabró nomás, claro que no era el querido papá de Marina (?) e Ileana (?) sino un tipo que lleva su mismo nombre.

Una vez que salí de esas cavilaciones (?), retomé como pude el hilo de la conversación y conseguí responder a sus consultas sin problemas, resistiendo la tentación de risa que me había agarrado.

Más tarde me puse a pensar que el tipo este es un capo, porque la tiene clara del nombre que lleva y lo manifiesta (?) de una, completo. Digo esto porque no es usual que alguien llame y se presente con nombre, apellido, documento y cantidad de dientes como lo hizo este hombre. Pensé incluso que hasta tal vez él mismo sea el que se divierta con su nombre y que por eso no pierde oportunidad de presentarse de ese modo, como lo hizo en esta ocasión.

Para finalizar el relato de este suceso curioso (?) que viví, refiero el primer y segundo nombre de una persona especial que tengo la suerte de conocer: Justiniano Mafaldo. El apellido no me lo acuerdo. Le dicen "Tolo" y es un gran hombre.


martes, 16 de octubre de 2007

Sobre el dilema de los fósforos

La convivencia no es cosa fácil.

Siguiendo los cánones comunes, en una primera etapa de la vida, es con la familia, haciendo de hijo y hermano. En una segunda etapa, es solo, jugándola de joven indepentiende. En una tercera, es con la familia de nuevo, aunque esta vez con la familia que uno formó, siendo padre. Y en una cuarta y final, es con los gusanos que habitan nuestra tumba.

Entre otras cosas, la convivencia genera molestias, producidas por hábitos del otro que chocan con la paz y armonía de uno.

Hoy expongo una de esas cosas que me molestan de las personas con las que convivo, que no es otra que guardar los fósforos ya usados en la caja de fósforos por usar.


Gustaf Erik Pasch, inventor del fósforo que hoy se usa.


El accionar de estos criminales es el siguiente: abren la caja de fósforos, usan uno y lo vuelven a meter en la caja. Con el paso del tiempo, se genera lo que tanto me hincha Las Pelotas: la caja de fósforos es una perfecta mezcla de fósforos usados y fósforos a usar que no genera beneficio alguno para los consumidores sino todo lo contrario.

Hay algunos que no tiran los fósforos ya usados porque pueden volverlos a usar un par de veces más, valiéndose, por ejemplo, de la llama del calefón que anda por ahí para encenderlos. Bien por ellos, que los he visto actuar, y que demuestran un elogiable ahorro de recursos. Ahora bien, no es este el caso de los sujetos con los que convivo, que vuelven a meter los fósforos ya usados adentro de la caja no por ahorro sino porque les resulta más cómodo eso que tirarlos a la basura.

En más de una oportunidad dediqué un buen rato a separar de la caja de fósforos los quemados para luego arrojarlos a la basura, resignado a que la actitud de las personas de las que me quejo no cambiará jamás. Algunos de ellos, cuando discutimos de esto, me dicen maniático, mientras sonríen. Que mi tercer nombre sea Manía pareciera darles la razón.

Vale aclarar, ya que se mencionó mi particular tercer nombre, que mis padres quisieron ponerme Patrick Stephan María, pero un error del encargado del despacho civil me dejó como Patrick Stephan Manía. Cosas que pasan.

Maude Flanders

Hoy se da por terminada la encuesta de El blog de P. S. Kluivert que preguntaba a quién resucitaría si pudiera:

Maude Flanders fue la elegida por la gente (?), con el 31% de los votos. En segundo y tercer lugar quedaron Roberto Galán y Juan Domingo Perón, con la misma cantidad de electores: 18%.



Maude, un bombón según Homero, responsable de su muerte.



En la cuarta ubicación quedó Jesucristo, con el 13%. Y en la quinta y sexta Cris Miró y Marc Vivien Foé, con el 9% cada uno.

Párrafo aparte amerita lo que sucedió con el doctor Mario Socolinsky, que no recibió voto alguno. Un duro golpe para la memoria de este gran hombre, que educó a los padres sin cesar, a través de la pantalla amiga, en la tarea de cómo llevar por el camino de la buena salud a sus hijos, de la mano del cuidado de sus pitinas y chochinas y de la necesaria y fundamental prevención.

Queda hecha la invitación a sufragar (?) en la nueva encuesta, que ya está on line.



lunes, 8 de octubre de 2007

La mayor aniquilación de personas de la historia de la humanidad

"Y nos dijeron cerrá los ojos, dame la tierra, tomá la Biblia".
Huelga de amores, Divididos.

"Madre Tierra, Padre Sol, ni Demonio, ni Señor".
Sentir indiano, Almafuerte.

"Indio quedó solito, indio ser muy buenito, indio querer tan solo estar en paz".
Juguemos a los indios, Xuxa.



Después de leer una entrada en el blog del Bambi, y pensando en el tema del descubrimiento y la conquista de América por parte de los españoles, recordé unos datos que leí en La conquista de América. El problema del otro, del búlgaro Tzvetan Todorov.

La conquista de América representó, entre otras cosas, la mayor aniquilación de personas de la historia de la humanidad.

Hacia el año 1.500 la población de América se estimaba en ochenta millones. Cincuenta años después, a mitad de ese siglo, la población quedó en diez millones. Setenta millones de muertes. El mayor genocidio que jamás se haya cometido. Probablemente, según Todorov, jamás se vuelva a cometer uno semejante.

Entre las principales causas de muerte, Todorov destaca tres: asesinato directo, malos tratos y enfermedades.

Las dos primeras causas obedecen a lo mismo: resistencia a someterse a la voluntad de los españoles, que proponían entregar la religión cristiana y llevarse el oro y las distintas riquezas que encontraban en la tierra que descubrieron.

La mayor parte de los muertos por malos tratos pertenecieron a los que fueron obligados a trabajar en minas, que tenían una expectativa de vida de veinticinco años.

Promediando la mitad de la lectura de este libro, entendí por qué estaba dedicado a "una mujer maya que murió devorada por perros". Ella es América, los perros son los españoles.






Algo recurrente que me sucede cuando leo o escucho cosas referentes a este tema es indignarme por la versión del suceso que me dieron en el colegio: Colón y los suyos nos descubrieron, nos sacaron de la vida de salvajes que llevábamos y nos encaminaron hacia el buen mundo, dándonos cultura, lengua, religión. Civilizándonos.

Tengo entendido que ahora, en la escuela, la historia se cuenta de otro modo, lejos del que me tocó aprender a mí y cerca del que relata Todorov, valiéndose de cartas y testimonios de los protagonistas, como Colón, Cortés, los reyes de España y distintos evangelizadores de la época, como Las Casas.

Para finalizar, dejo transcripta la letra de la canción de Hermética que me acercó por primera vez a la verdad de esta milanesa:


La revancha de América

Pueblos nativos del suelo mío
fueron saqueados y sometidos
por la siniestra garra de la Madre Perra
que orgullosa festeja quinientos años
de haber llegado con sus caravelas
a succionarnos, a imponernos fe
estrechos dogmas de su infernal sed
por sus caminos no quiero andar
avergonzado me quiero zafar

Estos zarpados revientan el planeta
al ver sus reinos en la nada ahogarse
obsérvalos ostentando riquezas
que profamaron de la tierra del sol
esclavizando, civilizando

De ese castigo debes zafar
tomá revancha, América.




jueves, 4 de octubre de 2007

El que se pone una foto en el messenger con su novia es un puto

Ampliación: todo hombre que por definición tenga por messenger una foto con su novia no es un macho hecho y derecho, sino un pollerudo, puesto que es incomprensible que prefiera eso durante un lapso de tiempo extenso a mostrar una foto de Hristo Stoichkov, James Hetfield, Marlon Brandon, Luciana Salazar o Juan Domingo Perón.

Excepción: los que lo hacen ocasionalmente, cosa que comprende, a lo sumo y como máximo, dos días consecutivos. Podría entenderse, en tal caso, que la actitud obedece a que se intenta enmendar un error o homenajear a la pareja luego de que la misma le haya hecho un favor considerable, como una buena cena o prestarle una cuantiosa suma de dinero.

lunes, 1 de octubre de 2007

"Más exclusivo que la concha de tu tía"

¡Exclusivo! Entrevista con José Luis Félix Chilavert.
El blog de P. S. Kluivert concretó una charla íntima con uno de los máximos referentes de la historia de nuestro país en materia de portería: José Luis Félix Chilavert. Así es: lo invitamos a dialogar con nosotros, en un bar, y aceptó de buen gusto.
A continuación, un diálogo sin desperdicio con este ex futbolista y, posiblemente, futuro dirigente.


En negrita: P. S. Kluivert.
Fuente regular: José Luis Félix Chilavert.



Chilavert, en primer lugar quería agradecerle esta entrevista, sobre todo teniendo en cuenta que somos un medio independiente, recién iniciado. De hecho, soy yo solo.

Yo no concedo entrevistas en función del poder que tenga el medio que me la solicita. No manejo esos códigos propios de mentirosos y chupamedias.

Ah, ejemplar. ¿Entonces no hay criterio alguno, le da entrevistas a todos los que le piden?

No. Mi criterio es tirar la moneda. Me piden una entrevista y tiro una moneda: si sale Cara, la hago; si sale Seca, que se chupen una pija.

Interesante método.

No tan interesante como la fractura de fémur que le voy a meter al viejo puto del mozo si no me trae la napolitana con fritas, la Coca Cola, el café con leche, el alfajor y la porción de pastrola que le pedí hace una hora, la puta madre.

Sí, suele demorar en llegar el pedido en este bar. ¿Quiere que reclame?

Hacé lo que quieras.

Lo noto de mal humor, ¿puede ser?

Soy muy feliz.

Ah, es feliz. Me arruinó una de las preguntas del final, que copié de Luis Majul.

Jódase, negro. Y no imite a imbéciles, a ver si todavía lo logra.

Cambiando de tema, José Luis, ¿es cierto que piensa presentarse como candidato para presidente de Vélez Sársfield?

Sí, así es. Ya es hora de que se termine con el verso de Gámez y toda esa mafia. La gente de Liniers ha vivido engañada por ese ferretero y barrabrava. Y estoy convencido que no hay mejor opción que yo para darle a Vélez lo que se merece.

¿Y cuáles son sus propuestas, por qué la gente habría de elegirlo?
Mi propuesta principal es poner una bomba en la platea local, en algún partido que Vélez dispute en su cancha. Preferentemente en un partido importante, así hay más gente. Estuve pensando en que lo mejor sería hacerlo en el entretiempo, cuando estén comiendo hamburguesas... ¡Boom! ¡Adiós, plateístas, a joder a otro lado, si es que existe otro lado! La platea de Vélez es lo peor que tiene la institución, el principal motivo de todas sus penurias. Y eso es lo que Gámez no entiende. Apenas haga volvar de un saque a esa platea, el equipo vuelve a ser ese que ganó todo, y hasta San Lorenzo va a hacer lo imposible por que lo aceptemos como nuestro clásico.

¿Y con la popular está todo bien?

Por supuesto. ¿Quién podría enojarse con un grupo de tipos que se hacen llamar "La pandilla"? No tiene sentido.

Ahí llega el pedido.

Al fin, carajo.

¿Y en lo inmediato, tiene algún otro proyecto además de su candidatura presidencial ?

Sí: comerme la napolitana con fritas, tomarme la Coca Cola, después bajarme el café con leche, el alfajor y la porción de pastrola y, finalmente, irme a la mierda.

Me hace reír, José Luis.

No es un chiste. Yo no soy un payaso. A mí nadie me paga por hacer reír. Ahora voy a comer. Y no me gusta que me molesten mientras lo hago.

Entiendo. Me retiro, entonces. Muchas gracias por esta entrevista exclusiva, otra vez.

Sí, más exclusivo que la concha de tu tía. No, no. No se apichone, cobarde. Pídase algo para morfar y hágame compañía. Eso sí, la entrevista ya terminó.


Chilavert, retirándose ovacionado del bar.




Muchas gracias al Bar de Manolo, Paraguay 25.912, Capital Federal.



Ping Pong con Chilavert


¿Un lugar?
El baño.

¿Un color?
El amarillo.

¿Una persona?
Yo.

¿Un futbolista?
Víctor Müller

¿Una frase?
Chupame la pija.